jueves, 9 de diciembre de 2010

Aprende a Comunicar

Es bien conocida la frase – aforismo de que no podemos no-comunicar. No obstante, que logremos comunicar lo que realmente queremos es otra cosa. Comunicarse con los demás es fácil, venimos pre-instalados para ello, desde que nacemos con maneras tan sencillas que van desde el llanto del recién nacido, hasta las expresiones faciales que aprendemos a reconocer y a la vez usamos y como no, el paso más elaborado de adquirir el lenguaje, que realizamos de manera natural por el mero hecho de estar en contacto desde que nacemos con otros hablantes (sin ese contacto inicial, como se ha visto en algunos casos de los llamados “niños salvajes“, la posibilidad de adquirir el lenguaje de una manera completa se reduce mucho).

Pero insisto en que otra cosa totalmente diferente es que lo que llegue a los demás sea lo que “estaba en tu cabeza” lo que querías expresar. Es bien sabido que entre emisor y receptor, en el modelo clásico de la comunicación, se dan también una serie de interferencias. Algunas pueden ser físicas, como podría ser el caso en una conversación cara a cara de un excesivo ruido ambiental que dificulte el hecho de escuchar. Pero la mayoría de interferencias son “mentales” y provienen de nuestro mapa del mundo, tanto el del emisor como el del receptor.

En PNL, se hace recaer la responsabilidad de la comunicación, en el sentido de “hacerse entender” en el emisor. Una de las frase típicas es: el resultado de la comunicación es la respuesta obtenida. Puede parecer excesivo situar la responsabilidad totalmente en el emisor, pues todos nos hemos encontrado con personas que parecen no querer entender lo que les decimos. Pero entendemos también que si quieres comunicar algo, el principal interesado en que se te entienda has de ser tú mismo. Puede que el mapa del otro dificulte ese hecho, pero eso también muestra que tú no estabas utilizando el registro o lenguaje adecuado para ese mapa.

Esto vale tanto en la comunicación oral como en la escrita. Es frecuente encontrar personas que escriben o hablan pensando en sí mismas, como si los demás tuviéramos la facultad de adivinar todo aquello que la persona no expresa. Es como si pensaran que estamos realmente dentro de sus cabezas. Y en realidad lo que sucede más frecuentemente es lo contrario, que por mucho que creamos que nos estamos haciendo entender a la perfección, los significados y sentidos de lo que decimos pueden ser radicalmente diferentes para aquel que nos escucha o lee. Sobre todo si es alguien que no nos conoce demasiado bien.

Para ello uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es a quién nos dirigimos y cuál puede ser más o menos su mapa mental del mundo, es decir, escoger el registro adecuado para cada ocasión. Por poner un ejemplo sencillo, explicar en un blog divulgativo un tema científico con términos absolutamente científicos, tendrá como consecuencia que gran parte de los lectores habituales no te entiendan. Sonar muy formal en una charla entre amigos tal vez te haga parecer pretencioso y te aleje del flujo de cordialidad que se respira. Hablar según tus creencias personales, sobre todo en temas delicados (política, religión, etc..) seguro que también producirá conflictos si chocas con las creencias de los demás. El nivel de conflicto en este caso dependerá de la flexibilidad del mapa de los implicados.

Y esencial también en la comunicación en persona es el rapport, la conexión con la otra persona, no intentar avasallarla con tu comunicación sino entrar en su mundo y de algún modo compartirlo. Cuando entras en rapport (parecido a la empatía) con otra persona, estás fluyendo en su ritmo, estás realmente interesado en el otro y eso se percibe. Es un contacto auténtico de tú a tú.

Os dejo para finalizar un poema de Virginia Satir:

“Creo que el mejor regalo

que puedo recibir de alguien es,

que me vea, que me escuche,

que me entienda, y que me toque.

Si me tocas tierna y gentilmente.

Si me miras y me sonríes.

Si me escuchas alguna vez,

antes de hablar de ti.

Entonces podría crecer,

realmente crecer”

¿Crees que realmente te comunicas bien? ¿Intentas hacerte entender de verdad?

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