lunes, 14 de febrero de 2011

Recuperar El Equilibrio Interno

Recuperar el equilibrio interno

Cuando atravesamos un momento difícil nos parece que no somos capaces de salir del túnel, que la vida deja de tener sentido y que no podremos recuperar nuestro equilibrio interno.



Esta percepción de la situación dolorosa que estamos atravesando se ve agravada en ocasiones por nuestro diálogo interno, una interpretación de la realidad que no es la realidad misma y que hace que el dolor duela más tiempo.


Ese diálogo que tenemos con nosotros mismos, es decir nuestros pensamientos e imágenes mentales acerca de lo que nos pasa, puede añadir más sufrimiento al sufrimiento que tenemos en lugar de aliviarlo.¿ Cuánto del sufrimiento que siento deriva de la situación en sí misma y cuánto sufrimiento añado yo con mi manera de hablarme y de interpretar las cosas?


Recuperar el equilibrio interno significa ser capaz de preguntarse y “ahora qué hago” en lugar de “por qué me pasa esto a mí” y entrar en la espiral de las lamentaciones e instalarse en las emociones de la pena o de la rabia.



Recuperar el equilibrio interno significa ser capaz de preguntarse “¿ qué puedo yo aprender de esto?” Y poner la mirada en la oportunidad y no en la pérdida. Todo es una cuestión de dónde colocamos la atención en cada momento de nuestra vida y de tomar conciencia de que ahí donde pongo la atención eso va creciendo.

Aprender de lo que duele y desarrollar una actitud más tolerante ante la vida con una mayor capacidad de aceptación que nos permita vivir las situaciones difíciles con mayor serenidad, es quizás el mejor aprendizaje que podamos desarrollar, porque pelearse con la vida no solo no nos ayuda, sino que nos agota y nos impide estar serenos ante la adversidad de manera que, en contra de lo que deseamos, el dolor dura más, aquello a lo que te resistes, persiste.


Una de las manifestaciones de la vida es su transitoriedad, entendiendo como tal el que todo está cambiando instante a instante, sin embargo nuestra mente ignorante se aferra a las cosas como si estas pudieran permanecer inalterables y fijas y lucha porque las cosas cambien cuando por sí mismas ya lo hacen. Cuanta energía ponemos al querer aferrarnos a lo que no es posible que permanezca quieto e inalterable pues su propia naturaleza es la ser transitoria: la salud, la juventud, el amor de pareja, el trabajo etc, todo va cambiando. La felicidad es una actitud que va de dentro a fuera y que no depende tanto de lo que nos pasa sino de como nos relacionamos con lo que nos pasa.


Esta visión más sabia de la vida, de que todo está cambiando instante a instante, nos puede ayudar a recuperar el equilibrio interno en los momentos en los que nos parece que nada de lo que nos pasa va a cambiar. Es nuestro miedo al cambio lo que no nos deja ver la belleza de pasar de una cosa otra y darnos cuenta del sentido que la vida va tejiendo a nuestra existencia. Cuando transitamos el dolor y creemos que no saldremos de él, la vida sin darnos cuenta nos lleva al otro lado del río donde nos encontramos con otro tramo de experiencia y de oportunidad para seguir viviendo y recuperar el equilibrio interno de nuevo.


Y ahora mira hacia atrás en tu vida, acaso no es gracias a ese hecho tan doloroso que pasaste que estás aquí y ahora? Miremos la vida desde una perspectiva más amplia porque solo así encontraremos su sentido

No hay comentarios:

Publicar un comentario